Victims - Culture Club

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10:09


 Hay dos cosas con las que personalmente nunca he podido congeniar de buena manera: hacer cosas porque me lo ordenan, y hacer cosas por obligación.

¿A qué va esto? pues es simple: de tanto en tanto recuerdo que he creado este espacio, pero a la hora de pensar en qué nueva canción desmenuzar es un lío, la inspiración nunca llega, las canciones no tienen sabor y todo queda en nada, en una nada llena de culpa. Tampoco me ha resultado buscar nueva música para escuchar como si de un trabajo se tratase, y ahí, en medio de las labores cotidianas de un período de exámenes de fin de año, un caluroso 29 de noviembre una bella canción llegó a mí abriéndose paso en medio del agobio y el cansancio.

Hoy, nuevamente en medio de esas aguas negras y turbulentas, esa canción vuelve a mí para salvarme (o para hundirme).

 ¿Por qué los seres humanos tendemos a huir del dolor? Posiblemente sea un arcaico instinto de supervivencia impreso en nuestro genoma... de hecho tiene mucha lógica y sentido (y no porque lo diga yo), pues todos los seres humanos albergan esa marcada tendencia a auto-preservarse... la diferencia es hacia dónde huimos y cuándo. Hay situaciones en la vida que no te hacen arrancar en el sentido físico de mover tus pies tan rápido como puedan alejarte de una amenaza, y hay otras donde los seres humanos huimos hacia dentro de nosotros mismos, y es ahí donde me encuentro en este momento.

Entre más tiempo pases contigo mismo en soledad, entre más tiempo emplees buscándote a ti mismo, examinándote, bien podrías terminar volviéndote loco o depresivo, o bien podrías crear dentro de ti un pequeño albergue, e ir poco a poco llenándolo de todas esas cosas que al igual que a ti mismo, buscas proteger del resto, del "ahí afuera" que tanto miedo nos produce algunas veces. Todos nosotros guardamos sentimientos, recuerdos, pensamientos, miedos e inseguridades tan dentro nuestro que intentamos que con eso nadie pueda llegar a dañarlos o revelarlos y usarlos para lastimarte, y esa es la más pura y refinada esencia de uno mismo, pues personalmente creo que cuando llegas a cavar tan profundamente hasta encontrar tus más hondos miedos y debilidades, has encontrado la forma más efectiva de destruirte. 

¿Querrías compartir eso con alguien?

A veces inconscientemente lo haces.


"Culture Club" no es sólo una banda británica icono de los 80 gracias a sus tonadas animadas y la extravagancia de su andrógino vocalista y frontman George Alan O'Dowd ("Boy George" para los amigos), quien se hizo conocido por su ambigüedad sexual y su gusto por vestirse y maquillarse (sí, una vez fue premiado por una afamada revista como el "rostro mejor maquillado") con un estilo glam cuando menos llamativo y atrevido; también es una banda británica icono de los 80 gracias a un trabajo musical bastante curioso y amplio, mezclando desde new wave hasta country pasando por el reggae y uno que otro de mis amados arreglos musicales de orquesta.




Michael "Mickey" Craig (Bajo), Boy George (Voz), Jon Moss (Batería), Roy Hay (Guitarra y teclados).


 La historia de la banda en sí parece casi irrelevante al lado de Boy George, quien cuenta con méritos suficientes para llevarse la mayoría de la atención: Cantante, rostro principal, compositor, icono cultural y social, hombre de excesos, etc... pero ante todo un músico que no tenía problemas a la hora de llevar al papel aquello que sentía, haciéndolo con un arte muy provechoso para quien disfrute de sus canciones. Sin embargo el origen de la hermosa balada new wave que hoy nos reúne bien merece una pequeña pincelada de lo que sucedía bajo los escenarios allá por la primera mitad de los 80.





 Cuando uno es capaz de componer una lírica tan profunda y sentida como la de "Victims" ("Colour by Numbers, 1983), simplemente no la escribe por lo hermosa que suena, o inspirado en el bello ocaso reflejándose en las hojas de otoño; esta canción es una verdadera declaración criada en el recodo más profundo del alma sentimental y nostálgica de un amante dolido con ese enorme talento para escribir propio de los geminianos -como Boy George-, a alguien que te la ha liado bien gorda en el corazón. En este caso, el origen de tal caos amoroso provenía nada menos que del baterista de la banda, Jon Moss, quien a diferencia suya era una especie de "heterocurioso" que luego de una relación semi-estable con una mujer llamada Caroline, decidió explorar las fronteras de sus gustos personales con su compañero de banda. La receta para el fracaso era evidente: Boy George ha señalado públicamente que Moss fue su verdadero primer amor, mientras Jon Moss se ha declarado desde siempre como heterosexual, manifestando que ni antes ni después de George se ha relacionado con hombres, tanto así que al día de hoy tiene una ex esposa, y tres hijos con ella.

Luego del nacimiento de esta dispar relación sobrevino la droga, los excesos, las discusiones y finalmente, la separación, tanto de George y Moss como de la banda en su conjunto.





Colour by Numbers - 1983 - Virgin Records
Productor: Steve Levine - Copias vendidas: +16 millones.


"Victims" es lo que podríamos llamar una "new wave power ballad", con un inicio musical muy reposado a 122 bpm a cargo de Roy Hay, tiñendo todo de una nostalgia elegante y melodiosa, haciéndote sentir que cada golpe de teclado decapa un poco más tu triste y solitario corazón mientras palabra a palabra sientes como si hubieses compartido con Boy George todos tus secretos y él le contara a todos cómo te sientes ahora mismo, coloreando tus mejillas poco a poco mientras de fondo surge un sutil coro acompañado de un arreglo de cuerdas infalible y muy delicado, casi como un sutil guiño de quien no quiere romper una pequeña burbuja que flota en el aire.
 De pronto cuando sientes que la sangre ya se te ha subido demasiado a la cabeza y sin notarlo tu mente se ha ido entre pensamientos un tanto tristes y un tanto melancólicos, sucede la magia...


 Quién, sino Jon Moss, el "culpable" de esta composición sería el encargado de poner tensión a este momento, como queriendo irrumpir en esta historia por segunda vez de manera estrepitosa y violenta... luego de un breve silencio, a los 02:29 surge sin previo aviso ese hermoso, potente y doloroso interludio, tal como si no pudieras contener más las emociones que llevas contenidas desde que las notas arrancaron... fluyen los golpes de batería y de piano ensalzados con violines y vientos... y ella como la protagonista, ella como la navaja que corta los acompañamientos y tal vez un poco tu miocardio: Helen Terry. Atrévete a cerrar los ojos y a escuchar ese estruendoso, visceral y emocionante coro sin sentir que se te eriza la piel; si lo logras puedes estar seguro de dos cosas: o no eres humano, o no has sentido jamás.

20 segundos completos de tortura y catarsis emocional...




Si no te convences de que Helen Terry cante así también en vivo... 02:22
VIDEO


 Por un momento puedo imaginarme el enorme dilema creativo que implica continuar una canción tan llena de sentimientos luego de un interludio tan potente, el cual perfectamente podría ser en sí mismo una canción aparte, una pequeña canción de 20 segundos sin letra, pero curiosamente capaz de resumir todas esas emociones tan extrañas y difíciles de definir que abarca ese estado emocional que va desde la tristeza a la soledad, desde la necesidad hasta la desesperación... esos 20 segundos dicen mucho más que todo el texto, más que todo lo que se ha escrito sobre Culture Club, sobre los 80, sobre los excesos, las rupturas y los fracasos amorosos: Hellen Terry, quien sin ser miembro de la banda fue siempre una estrecha colaboradora en sus composiciones, poniendo su voz cuando y donde mejor sonaba, logró plasmar en casi 20 segundos lo que a cada uno de nosotros nos ha tardado años en comprender, aquello que personalmente siento al oírla, pero que no logro definir con palabras, aunque sé identificar perfectamente cuando recorre mis venas.

 En fin, el dilema se resolvió de manera hermosa: luego de este potente interludio, Victims continúa como una auténtica balada new wave, con un acompañamiento reposado y calmo, compuesto por la instrumentación propia de Culture Club más cuerdas (violines, violoncellos, contrabajos y todos esos instrumentos de madera tan bonitos y elegantes que usaban los músicos del Titanic mientras se hundía), vientos (corno francés), piano, clarinetes y arpa, más la voz de nuestro abandonado Boy George... logra imaginarte un espectáculo tan pulido en una bella casa de ópera... (sí, se hizo, para el aniversario de los 20 años de Culture Club).

¿Y cómo cierras esto? ¿Cómo pones el punto final cuando hay tanto que decir, tanto que sentir y tanto que transmitir? El ending de Victims no podía ser menos que su notable interludio, así que bastará con decir que no te decepcionará... a mí me encanta imaginar las expresiones del compositor de una obra musical según lo que me transmite cada una de sus partes, y hacia el final de esta maravillosa pero triste composición siento como si pudiera ver a nuestro querido Boy George contemplando en su ventana una lluviosa noche, sintiéndose solo y lejos de quien lo ha puesto en ese dulce infierno, sabiendo que hay cosas que cambian para siempre, sabiendo que hay sentimientos que una vez que se tocan, jamás vuelven a ser los mismos, sabiendo quiénes son las víctimas que todos conocemos tan bien. Hacia el final no estoy convencido de si durante 5 minutos me he dejado llevar por una hermosa composición new wave de uno de los discos más notables de los 80, o si he presenciado un auténtico drama pasional salido de la literatura más trágica de William Shakespeare, en el cual Julieta puede ver a Romeo alejarse lo suficiente como para no amarla, pero no lo suficiente como para poder sacarlo de su corazón, mientras ella muere poco a poco cada día.

O tal vez sólo estoy siendo susceptible.


 Sea cual sea el caso, es tanto el respeto que tengo por esta canción que más allá de las observaciones que me surgen -como lo complejo que es captar musicalmente la emoción de quien la escucha luego de su poderoso y emocional interludio-, creo que es una composición tan llena de sentimiento, tan simbólica, tan honesta y tan notable que más que desmenuzarla musicalmente, bien merece la pena tomarla como un todo imposible de descomponer, y será labor de cada uno escucharla refugiado en el rincón más oscuro de ese pequeño mundo interior que nos protege de todo lo demás, y si más allá de los detalles técnicos logramos sentir cómo en 5 minutos Victims nos llega a la médula, el resto es sólo teoría.


Al menos a mí me llegó a la médula.

 Pero bueno... ¿qué se esconde detrás de una historia tan conmovedora? nada menos que una súplica de Boy George hacia Jon Moss, pidiéndole que corresponda a sus sentimientos, pues según rumores de aquella época, para Moss la relación que sostenía en ese entonces con George no era más que una pequeña diversión de las diversidades, cuando en verdad su compañero sentimental estaba perdidamente enamorado de él, sintiéndose constantemente desplazado y negado públicamente. De hecho durante una parte de la relación ellos estuvieron juntos en secreto, mientras Moss sostenía en público algunos affairs esporádicos con mujeres (sí, a ese nivel de compromiso). Boy George tal como un niño ruega que sus sentimientos no sean lastimados por quien precisamente tiene más poder para hacerlo... y que de hecho lo hizo. 

Nuevamente, todo lo que se diga sobre la letra de esta hermosa pieza musical debe quedar a juicio de cada uno, o mejor dicho, debe "llegarle" a cada uno, en cuyo único caso habrá cumplido su objetivo.




Las víctimas que conocemos tan bien 
Brillan en tus ojos 
Cuando besan y dicen* 
Extraños lugares que nunca hemos visto 
Pero tu estás siempre allí 
Como un fantasma en mi sueño 
Y sigo diciéndote 
Por favor, no hagas las cosas que haces 
Cuando haces esas cosas 
Tiras de mis cuerdas de marioneta 
Tengo el más extraño vacío por ti 

Amamos y nunca decimos 
Qué sitúan nuestros corazones en el pozo de los deseos
El amor nos lleva hacia la corriente 
Y es sumergirse o nadar 
Como siempre ha sido 
Y sigo amándote 
Es lo único que puedo hacer
Cuando los ángeles cantan 
Suceden cosas grandiosas
¿Puedo dártelas todas a ti? 


Tira de las cuerdas de la emoción 
Toma un paseo hacia un placer desconocido 
Siéntete como un niño en una noche oscura 
Deseando que hubiese alguna clase de paraíso
Podría abrigarme en tu sonrisa 
Ofrece tu mano por un momento
A las víctimas que nosotros conocemos tan bien
Tan bien...



Las víctimas que conocemos tan bien 
Brillan en tus ojos 
Cuando besan y dicen* 
Extraños lugares que nunca hemos visto 
Pero tu estás siempre allí 
Como un fantasma en mi sueño 
Y sigo diciéndote 
Por favor, no hagas las cosas que haces 
Cuando haces esas cosas 
Tiras de mis cuerdas de marioneta
Tengo el más extraño vacío por ti 


Muestra a mi corazón algo de devoción 
Aparta a aquellos que murmuran "nunca"
Me siento como un niño en una noche oscura 
Deseando que pudiésemos pasarla juntos
Podría abrigarme en tu sonrisa 
Ofrece tu mano por un momento 
A las víctimas que nosotros conocemos tan bien
Tan bien...


*"Kiss and tell": dícese de involucrarse sentimental y/o sexualmente con alguien, para luego 'gritarlo a los cuatro vientos'.



¿Algo que decir al respecto?
Guárdalo en ese pequeño refugio dentro de ti.





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