It's My Life - Talk Talk vs No Doubt

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16:46


 La ballena tiene toda la culpa.

¿Estoy citando a los tripulantes del ballenero Pequod de "Moby-Dick"? ¿Perdí definitivamente la cabeza? Puede ser, pero no por esta frase. 

 Resulta que hace unos años atrás... unos 10 años atrás, en un cierto desaparecido programa de videos del UCV (en el cual de paso supe que mi actual banda favorita se llamaba "Rammstein") conocí a una banda sueca de los noventa llamada precisamente "Whale". Con el tiempo lo olvidé, hasta que un día vino a mí de la nada el recuerdo de su crespa vocalista, con vestido, botas, frenillos y una actitud bastante esquizofrénica, admirando torsos masculinos y saltando por los aires impulsada por una manta en el estrambótico video de "Hobo Humpin Slobo Babe" (enlace) , y me pregunté qué sería de ella, de Cia Berg (hoy "Cia Soro"). Buscando y buscando pude darme cuenta de que Cia era en verdad bastante más guapa que en el video antes citado, y que en Suecia no era precisamente una desconocida; allá por el año 1984, con apenas 21 años era la animadora de un programa de videos musicales llamado "Bagen". Para resumir el cuento, viendo un video del mismo programa -pues gracias a Youtube podemos viajar en el tiempo en dos clicks-, además de aumentar mi deseo de haber nacido en otra época, pude escuchar de fondo una canción que ya conocía hace bastante, pero que también se había anclado en el rincón de las cosas que van quedando en el olvido... la ballena tiene toda la culpa.

 Lo que sonaba de fondo en el programa conducido por una veinteañera Cia Berg era nada menos que el primer single del segundo disco de los ingleses "Talk Talk", llamados ambos "It's My Life". Como dije anteriormente, no es que esta canción no la hubiese escuchado nunca antes (me pasó con "Straight Ahead" de Kool & the Gang, canción de la que hablé en su momento), pero sí debo admitir que conocí primero la versión de No Doubt del año 2003. Pues bien, lo importante es que, a pesar de no serme ajena, tal vez nunca la había tomado tan en serio como lo merecía, hasta que sentí ese saborcillo synthpop tan dulce y nostálgico, que suele recordarme épocas pasadas de una manera muy efectiva.

 Dentro del mundo de la música es muy común que ciertas bandas hagan covers de canciones famosas (es decir, que las "re-interpreten"), a veces con resultados notables, a veces transformándose en un auténtico insulto... ¿pero qué sucede cuando el resultado es casi tan bueno como el original?

"La imitación es la forma más sincera de la adulación", dijo Charles Colton una vez, mientras se hacía un jugo de naranja un martes por la mañana (esto último no es cierto), y en lo que hoy nos convoca parece ser así. Comencemos por el principio.

 Talk Talk fue -insertar carita triste- una banda nacida en Inglaterra el año 1981, y disuelta diez años después. Discurrió en dos etapas más una "etapa de transición" intermedia, la primera con un manifiesto sello synthpop y new wave, pasando luego a un período experimental influido por el "Art Rock" que marcaría sus trabajos posteriores, y finalizando con una fase más post-rock, diferenciando sus primeros y últimos trabajos casi como si de dos bandas completamente distintas se tratase, sin más elementos en común que sus integrantes. Respecto de su primera etapa, el año 1984 lanzan su segundo álbum de estudio llamado "It's My Life", el cual comienza a marcar el fin de su primera etapa musical. Según la crítica especializada, podríamos decir que éste fue el primer disco "en serio" de Talk Talk, luego de un debut tibio y poco aventurero de la mano de "The Party's Over" de 1982; It's My Life tiene la virtud de ser un disco nacido un paso adelante de la tranquilidad de un debut satisfactorio, y un paso atrás de la consolidación, lo cual es bastante considerable para un año tan movido musicalmente, donde se lanzaron notables discos como "Reckless" (Bryan Adams), "Born in the USA" (Bruce Springsteen, "Forever Young" (Alphaville), "Like a Virgin" (Madonna), además de "Arena" (Duran Duran) y Some Great Reward" (Depeche Mode), ambos de bandas inglesas al igual que Talk Talk. 





It's My Life - 1984 - EMI
Productor: Tim Friese-Greene



 La historia nos ha demostrado que el éxito de una banda tiene directa relación con el carisma de su frontman, o si no que lo digan bandas como U2, las cuales muchas veces dicen más por lo que hacen sus líderes que por lo que dicen sus canciones... Pero bueno, Talk Talk contaba en sus filas con un muchacho delgado y muy alto llamado Mark Hollis, de grandes orejas y gran nariz, un hombre que sobre un escenario o frente a una cámara se transformaba en su personaje, el cual no escatima en muecas, sonrisas y gestos con tal de jugar a hacer chiquilladas y actuar de acuerdo a lo que surja en el momento. Si alguna vez tienes el tiempo necesario, debes ver el video de "Such a Shame" (enlace), canción incluida en It's My Life, en el cual podrás apreciar a un Hollis incapaz de caerte mal. Hollis además de ser un tipo que actúa con carisma, canta bastante bien: tiene esa típica voz de garganta tan difícil de dominar (pues cuando se canta, suele decirse que es mejor "cantar desde el estómago", ya que es muy fácil que la garganta no te aguante los tonos altos... Hollis los domina con soltura) mezclada con un leve tono nasal bastante característico, haciendo su voz una de esas que al oírlas sabes perfectamente a quién estás escuchando.
 Si ya con todo esto no te convences de las capacidades musicales de la voz de Talk Talk, sumemos su notable talento para componer; era el genio compositor, al punto de que sólo una de las 38 canciones de Talk Talk no fue escrita por él, y 12 salieron íntegramente de su pluma creativa sin colaboración de ningún otro miembro o productor. Sin embargo, "It's My Life" no es creación exclusiva de él, contando en su ADN con material genético de un estrecho colaborador de Talk Talk, el productor y músico británico Tim Friese-Greene, quien trabajó con la banda desde 1983 hasta su disolución llegando a ser co-creador de todo el tercer álbum de la banda: "The colour of Spring", de 1985. Friese-Greene es algo así como "el cuarto integrante del trío Talk Talk", completado por Lee Harris en la batería y Paul Webb en el bajo, habiendo abandonado la banda el tecladista Simon Brenner, supliéndolo en esa labor Mr. Friese-Greene... gracias a Dios por ello.






 "It's My Life", al igual que gran parte del trabajo de Talk Talk cuenta con esas atmósferas musicales electrónicas que suelen recordarme un bello atardecer de nubes rojizas y anaranjadas, mientras el sol agoniza entre las copas de los árboles y el pasto brilla a contraluz, un paisaje tan propio del otoño temprano, ambiente recurrente en el synthpop y tan bien entendido en este álbum. Sin embargo, una especie de sonido que asemeja el cantar de las aves me resulta un tanto fuera de lugar, como si pudiera sacarme de ese ambiente en el que intento sumergirme... detalles creativos que a veces uno no termina de entender.  Conforme avanza nuestra canción debo reconocer que me asusta un poco la voz de Mark Hollis; parte en un tono no precisamente bajo, y cada vez sube más... sinceramente es una sensación similar a ver un globo llenarse de aire más y más, claro que las cuerdas vocales de Hollis nunca llegaron a reventarse, afortunadamente.
 Y así, luego de 49 segundos llegamos a mi parte favorita: el pre-estribillo.

¿Qué es un pre-estribillo? La respuesta roza en lo obvio: es lo que viene precisamente antes del estribillo. Sin embargo cabe señalar que el estribillo es lo que en una canción se conoce como "coro". Ahora tal vez la cosa esté más clara.
El pre-estribillo de It's My Life se repite 3 veces durante toda la canción (00:49 - 01:03 ; 01:58 - 02:12 y 02:51 - 03:05 respectivamente), y además de ser musicalmente la parte más interesante a mi juicio, es donde se contiene la lírica más significativa de toda la letra: A título personal suelo escuchar las canciones al menos una vez sin entender la letra, y luego de que las percibo musicalmente intento comprender de qué hablan; en este caso Hollis le dice a su interlocutor "I've asked myself, how much do you commit yourself?", es decir, "me he preguntado, ¿qué tan comprometido estás conmigo?". Entendido esto, calza perfectamente la intensidad vocal, el quiebre musical entre el verso y este hermoso pre-estribillo y el mensaje tras él. ¿Cuántas veces nos hemos hecho esa pregunta, incluso sobre nosotros mismos? ¿Cómo podemos esperar que el resto se comprometa a algo si nosotros mismos no estamos en ello? ¿O cómo sobrellevar que otro no esté en el mismo nivel que uno?
 "Es mi vida, no lo olvides... nunca termina", nos dice Hollis, respondiéndonos esa pregunta, casi como diciéndonos "no te metas conmigo, no tienes derecho a lastimarme".




El carismático Mark Hollis


 Más allá de una conocida estructura "intro / verso / pre-estribillo / estribillo / verso / pre-estribillo / estribillo / puente / pre-estribillo / estribillo -outro" (estoy seguro de que no leíste todo eso, o al menos no lo entendiste), "It's My Life" se puede dividir en tres etapas emocionales: una donde te dejas seducir por esos ochenteros sintetizadores new wave, luego una pequeña "interpelación" para agitar las aguas, y finalmente esa pequeña pero poderosa descarga emotiva de su estribillo; funciona bien para Hollis y Friese-Greene, funciona bien para mí.

... y es precisamente esa mixtura tan ochentera, tan synthpop y tan reposada y a la vez inquietante la que fluía por mis oídos poco antes de ver a la hermosa Cia Berg disfrazada de astronauta repitiendo "bla bla bla bla" y poniéndose turnia -Enlace- (sí, está loca, lo cual la hace más interesante aún), y si con todo ello pude distinguir esas características notas musicales entre tanta información cruzada, es porque estos cuatro muchachitos ingleses llegaron a crear una canción cuyo sonido tiene la capacidad de trascender y ser identificado donde quiera que vayas.




Es curioso cómo me encuentro
Enamorado de ti
Si pudiera comprar mi razonamiento
Pagaría para perder
Una mitad no será suficiente

Me he preguntado
¿Cuán comprometida
Estás conmigo?


Es mi vida
No lo olvides
Es mi vida
Nunca termina


Curioso cómo me he cegado
Nunca supe
Si algunas veces me engañaron
Temeroso de perder

Oh, me diré a mí mismo
El bien que me haces
Me convenzo a mí mismo


Es mi vida
No lo olvides

Oh, es mi vida
Nunca termina



Y me he preguntado
¿Cuán comprometida
Estás conmigo?


Es mi vida
No lo olvides
Atrapado entre la multitud
Nunca termina...




¿Y qué cresta le podemos cambiar a una canción tan buena?


La verdad es que proponerse la tarea de tomar la que es posiblemente la canción más conocida y más exitosa de una reconocida banda, modificarla de forma que suene actual no sin un pequeño toque personal y volverla un éxito sin faltarle el respeto a la versión original, a su mensaje y a sus compositores es una tarea que pocas veces resulta y muchas veces sale mal, pero que siempre da miedo... pero "No Doubt" justamente no tuvo dudas respecto de lo que pretendía hacer, y lo hicieron jodidamente bien.

 Sobre la historia de No Doubt podemos decir que la misma entra en contradicción con el nombre de la banda, a la vez que lo reafirma: dramas ha habido muchos, principalmente por parte de su vocalista, la incombustible Gwen Renée Stefani (quien con 45 años parece cabra de 20). Se sabe que al inicio de la banda uno de sus integrantes fundadores (junto a Gwen Stefani y su hermano Eric), el co-vocalista John Spence se suicidó a la edad de 18 años, nada menos que por una depresión aumentada por la carga que le significaba ser el frontman de No Doubt. La banda se vio muy golpeada por este hecho, pero decidieron continuar debido a la creciente fama que estaban cosechando a lo largo y ancho de California, esta vez solo con Gwen a cargo de la voz. 
 El mismo 1987 llegaría a la banda un nuevo integrante que tiempo después contribuiría a una nueva turbulencia dentro de No Doubt: el bajista Tony Kanal. ¿Qué hizo este moreno muchachito de ojos enigmáticos y ascendencia india? Pues se paró ahí a tocar muy cerca de los ojitos de nuestra querida Gwen Stefani, y la hizo caer rendida de amor por él al punto de declarar que a lo largo de su relación de 7 años ella "solía mirarlo y rogarle a Dios que le diera un hijo suyo" (intenso... pero para Stefani la maternidad ha sido todo un tema). El caso es que como la mayoría de las veces, el idilio terminó, el corazón de Gwen se partió en mil pedazos una vez que Kanal la pateó y ella, quien nunca ha vivido sus dilemas personales en privado se vio inspirada a escribir un par de canciones sobre su dolor, entre ellas la canción más conocida de No Doubt: la triste triste triste "Don't Speak".
 Después de aquello Stefani conoció al vocalista de la banda "Bush", empezaron a salir y aunque hoy están casados y tienen 3 hijos, la relación no estuvo exenta de rupturas, una de las cuales dio origen a la conocida canción "ex-girlfriend". Afortunadamente han sabido utilizar el no escaso dolor emocional como una notable fuente de inspiración.




No Doubt, en su formación más conocida


 Como es lógico, una banda de 4 miembros con sus propias vidas privadas suele resentirse luego de 18 años de shows, discos y dramas... y así nuestros amigos de la banda nacida en Anaheim, California deciden en 2004 entrar en un hiato de 4 años para descansar unos, y lanzar proyectos personales otros. 
 Muchas veces los sellos musicales firman contratos con las bandas bajo el compromiso de que lancen una cierta cantidad de discos, y ante esto, cuando las bandas deciden separarse o entrar en un receso es muy común que a fin de cumplir (casi siempre de mala gana) los compromisos legales, decidan lanzar discos de "grandes éxitos", que tienen la ventaja de que se hacen sólo seleccionando sus canciones ya compuestas, que a la vez sean las más exitosas y conocidas; a veces, muy de tanto en tanto agregan nuevas composiciones o canciones que han quedado descartadas de trabajos anteriores. No Doubt no es ajeno a esta realidad, y así llegaron a lanzar el año 2003 su disco "The Singles 1992-2003". La leyenda cuenta que la banda después de seleccionar sus canciones más notables, sentía que les faltaba una canción más, pero no la encontraban entre todas sus composiciones, y pese a ello no podían (ni querían) escribir una nueva canción, pues ya se encontraban en un receso creativo, enfocados en sus planes personales y alejados de los estudios, y escribir siempre supone un esfuerzo no menor a fin de hacer algo bueno que a la vez se condiga con el trabajo del resto del álbum del cual formará parte. Ante esto decidieron que hacer un cover de una canción ya conocida era la mejor alternativa. Luego de horas y horas de escuchar buena música, las opciones se redujeron a dos: "Don't Change" de los australianos INXS, y nuestra querida "It's My Life" de los ingleses Talk Talk.





"No Doubt - The Singles 1992 - 2003"
Año: 2003 - Sello: Interscope 
Productor: Nellee Hooper (sólo para "It's My Life")


 El encargado de darle nuevos bríos a esta canción fue el productor Nellee Hooper, productor británico que además de haber trabajado anteriormente con No Doubt y Gwen Stefani como solista, incluye en su currículum colaboraciones con U2, Madonna, Björk, y Sinéad O'Connor, es decir, un tipo que sabe lo que hace.

 El problema subyace cuando debes re-interpretar una canción que es en su mayor parte una base musical de sintetizador, y en tus filas no tienes a un tecladista. Como un buen productor sabe manejarse con uno o más instrumentos, Hooper agregó unas cuantas sutilezas 'teclísticas' a nuestra re-estilizada "It's My Life", 19 años más joven y más moderna. Respecto de ese complejo y tan característico pre-estribillo que les hablé, la receta era bastante simple pero no por ello menos efectiva: tenemos guitarra y bajo, hagámoslo con guitarra y bajo. Como lo dije en un principio, esta es la versión que conocí primero, y puedo decir que siempre que la escucho me gusta, suena convincente e incluso aunque no me atrevo a decir que lo supera (pues no son iguales, así que mal podrían compararse a pesar de ser la misma canción en esencia), el pre-estribillo que tanto me gusta y es mi parte favorita de esta bella obra, en manos de Tom Dumont y Tony Kanal suena jodidamente bien, le da un nuevo sabor, más fresco y a la vez más intenso... supieron captar la esencia de la línea musical y la comprendieron en su totalidad, no la alteraron sino que la potenciaron... han hecho con él algo así como una "ingeniería genética musical", si es que tal cosa llegase a existir algún día (por si acaso lo patentaré, listillos). Kanal, apegándose a la línea ska de No Doubt ejecuta un bajo muy marcado, que bien podría ser el hilo conductor de toda la canción, y Dumont por su parte sabe reemplazar inteligentemente al casi irreemplazable sintetizador de Friese-Greene con una guitarra con efecto muy pertinente, dando como resultado una base musical decorada con un teclado atmosférico que se hace más presente en el estribillo, a diferencia de nuestra versión del 84 con un claro protagonismo; ante todo es una versión de No Doubt, y no de "No Doubt y compañía".




Un video bastante divertido, con una Gwen Stefani tan guapa como siempre


Raya para la suma: no siempre que quieras hacer algo creativo debes partir de cero; si eres capaz de comprender la obra de un artista exitoso, respetarla como una creación consolidada y de gran calidad compositiva e interpretativa y a la vez juntas a tres músicos con talento, un productor musical con experiencia en la industria y a una hermosa y virtuosa cantante con una voz inquebrantable a través del tiempo, que sea capaz de interpretar con emoción y pasión, el resultado no destiñe, pudiendo incluso revivir la popularidad de la obra en la que se ha inspirado, generando un beneficio triple: a sí mismos, a la banda que intentan hacer tributo, y a los aficionados de la música.

 Vale aclarar que a la hora de escucharlos debemos tener muy en cuenta los nada menos de 19 años que separan a uno y otro, y que uno es creado por una banda inglesa sumergida en el synthpop y el new wave del reino unido ochentero, y el otro fue interpretado por una banda californiana de ska-punk/fusión reggae/pop-rock alternativo en una década, siglo y milenio distintos, "al otro lado del charco", y con una voz femenina. Tal vez su columna vertebral sea la misma, pero tal como un padre y un hijo que se parecen mucho, comparten el mismo apellido y tal vez se dediquen a lo mismo, no son la misma persona. Una versión no puede reemplazar a la otra, lo cual es una fortuna, pues nos permite poder gozar de dos tremendas canciones en vez de tener que pasar por la terrible misión de elegir sólo una.

Al final sólo me puedo hacer una pregunta:

¿Qué tan comprometido estás?












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Victims - Culture Club

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10:09


 Hay dos cosas con las que personalmente nunca he podido congeniar de buena manera: hacer cosas porque me lo ordenan, y hacer cosas por obligación.

¿A qué va esto? pues es simple: de tanto en tanto recuerdo que he creado este espacio, pero a la hora de pensar en qué nueva canción desmenuzar es un lío, la inspiración nunca llega, las canciones no tienen sabor y todo queda en nada, en una nada llena de culpa. Tampoco me ha resultado buscar nueva música para escuchar como si de un trabajo se tratase, y ahí, en medio de las labores cotidianas de un período de exámenes de fin de año, un caluroso 29 de noviembre una bella canción llegó a mí abriéndose paso en medio del agobio y el cansancio.

Hoy, nuevamente en medio de esas aguas negras y turbulentas, esa canción vuelve a mí para salvarme (o para hundirme).

 ¿Por qué los seres humanos tendemos a huir del dolor? Posiblemente sea un arcaico instinto de supervivencia impreso en nuestro genoma... de hecho tiene mucha lógica y sentido (y no porque lo diga yo), pues todos los seres humanos albergan esa marcada tendencia a auto-preservarse... la diferencia es hacia dónde huimos y cuándo. Hay situaciones en la vida que no te hacen arrancar en el sentido físico de mover tus pies tan rápido como puedan alejarte de una amenaza, y hay otras donde los seres humanos huimos hacia dentro de nosotros mismos, y es ahí donde me encuentro en este momento.

Entre más tiempo pases contigo mismo en soledad, entre más tiempo emplees buscándote a ti mismo, examinándote, bien podrías terminar volviéndote loco o depresivo, o bien podrías crear dentro de ti un pequeño albergue, e ir poco a poco llenándolo de todas esas cosas que al igual que a ti mismo, buscas proteger del resto, del "ahí afuera" que tanto miedo nos produce algunas veces. Todos nosotros guardamos sentimientos, recuerdos, pensamientos, miedos e inseguridades tan dentro nuestro que intentamos que con eso nadie pueda llegar a dañarlos o revelarlos y usarlos para lastimarte, y esa es la más pura y refinada esencia de uno mismo, pues personalmente creo que cuando llegas a cavar tan profundamente hasta encontrar tus más hondos miedos y debilidades, has encontrado la forma más efectiva de destruirte. 

¿Querrías compartir eso con alguien?

A veces inconscientemente lo haces.


"Culture Club" no es sólo una banda británica icono de los 80 gracias a sus tonadas animadas y la extravagancia de su andrógino vocalista y frontman George Alan O'Dowd ("Boy George" para los amigos), quien se hizo conocido por su ambigüedad sexual y su gusto por vestirse y maquillarse (sí, una vez fue premiado por una afamada revista como el "rostro mejor maquillado") con un estilo glam cuando menos llamativo y atrevido; también es una banda británica icono de los 80 gracias a un trabajo musical bastante curioso y amplio, mezclando desde new wave hasta country pasando por el reggae y uno que otro de mis amados arreglos musicales de orquesta.




Michael "Mickey" Craig (Bajo), Boy George (Voz), Jon Moss (Batería), Roy Hay (Guitarra y teclados).


 La historia de la banda en sí parece casi irrelevante al lado de Boy George, quien cuenta con méritos suficientes para llevarse la mayoría de la atención: Cantante, rostro principal, compositor, icono cultural y social, hombre de excesos, etc... pero ante todo un músico que no tenía problemas a la hora de llevar al papel aquello que sentía, haciéndolo con un arte muy provechoso para quien disfrute de sus canciones. Sin embargo el origen de la hermosa balada new wave que hoy nos reúne bien merece una pequeña pincelada de lo que sucedía bajo los escenarios allá por la primera mitad de los 80.





 Cuando uno es capaz de componer una lírica tan profunda y sentida como la de "Victims" ("Colour by Numbers, 1983), simplemente no la escribe por lo hermosa que suena, o inspirado en el bello ocaso reflejándose en las hojas de otoño; esta canción es una verdadera declaración criada en el recodo más profundo del alma sentimental y nostálgica de un amante dolido con ese enorme talento para escribir propio de los geminianos -como Boy George-, a alguien que te la ha liado bien gorda en el corazón. En este caso, el origen de tal caos amoroso provenía nada menos que del baterista de la banda, Jon Moss, quien a diferencia suya era una especie de "heterocurioso" que luego de una relación semi-estable con una mujer llamada Caroline, decidió explorar las fronteras de sus gustos personales con su compañero de banda. La receta para el fracaso era evidente: Boy George ha señalado públicamente que Moss fue su verdadero primer amor, mientras Jon Moss se ha declarado desde siempre como heterosexual, manifestando que ni antes ni después de George se ha relacionado con hombres, tanto así que al día de hoy tiene una ex esposa, y tres hijos con ella.

Luego del nacimiento de esta dispar relación sobrevino la droga, los excesos, las discusiones y finalmente, la separación, tanto de George y Moss como de la banda en su conjunto.





Colour by Numbers - 1983 - Virgin Records
Productor: Steve Levine - Copias vendidas: +16 millones.


"Victims" es lo que podríamos llamar una "new wave power ballad", con un inicio musical muy reposado a 122 bpm a cargo de Roy Hay, tiñendo todo de una nostalgia elegante y melodiosa, haciéndote sentir que cada golpe de teclado decapa un poco más tu triste y solitario corazón mientras palabra a palabra sientes como si hubieses compartido con Boy George todos tus secretos y él le contara a todos cómo te sientes ahora mismo, coloreando tus mejillas poco a poco mientras de fondo surge un sutil coro acompañado de un arreglo de cuerdas infalible y muy delicado, casi como un sutil guiño de quien no quiere romper una pequeña burbuja que flota en el aire.
 De pronto cuando sientes que la sangre ya se te ha subido demasiado a la cabeza y sin notarlo tu mente se ha ido entre pensamientos un tanto tristes y un tanto melancólicos, sucede la magia...


 Quién, sino Jon Moss, el "culpable" de esta composición sería el encargado de poner tensión a este momento, como queriendo irrumpir en esta historia por segunda vez de manera estrepitosa y violenta... luego de un breve silencio, a los 02:29 surge sin previo aviso ese hermoso, potente y doloroso interludio, tal como si no pudieras contener más las emociones que llevas contenidas desde que las notas arrancaron... fluyen los golpes de batería y de piano ensalzados con violines y vientos... y ella como la protagonista, ella como la navaja que corta los acompañamientos y tal vez un poco tu miocardio: Helen Terry. Atrévete a cerrar los ojos y a escuchar ese estruendoso, visceral y emocionante coro sin sentir que se te eriza la piel; si lo logras puedes estar seguro de dos cosas: o no eres humano, o no has sentido jamás.

20 segundos completos de tortura y catarsis emocional...




Si no te convences de que Helen Terry cante así también en vivo... 02:22
VIDEO


 Por un momento puedo imaginarme el enorme dilema creativo que implica continuar una canción tan llena de sentimientos luego de un interludio tan potente, el cual perfectamente podría ser en sí mismo una canción aparte, una pequeña canción de 20 segundos sin letra, pero curiosamente capaz de resumir todas esas emociones tan extrañas y difíciles de definir que abarca ese estado emocional que va desde la tristeza a la soledad, desde la necesidad hasta la desesperación... esos 20 segundos dicen mucho más que todo el texto, más que todo lo que se ha escrito sobre Culture Club, sobre los 80, sobre los excesos, las rupturas y los fracasos amorosos: Hellen Terry, quien sin ser miembro de la banda fue siempre una estrecha colaboradora en sus composiciones, poniendo su voz cuando y donde mejor sonaba, logró plasmar en casi 20 segundos lo que a cada uno de nosotros nos ha tardado años en comprender, aquello que personalmente siento al oírla, pero que no logro definir con palabras, aunque sé identificar perfectamente cuando recorre mis venas.

 En fin, el dilema se resolvió de manera hermosa: luego de este potente interludio, Victims continúa como una auténtica balada new wave, con un acompañamiento reposado y calmo, compuesto por la instrumentación propia de Culture Club más cuerdas (violines, violoncellos, contrabajos y todos esos instrumentos de madera tan bonitos y elegantes que usaban los músicos del Titanic mientras se hundía), vientos (corno francés), piano, clarinetes y arpa, más la voz de nuestro abandonado Boy George... logra imaginarte un espectáculo tan pulido en una bella casa de ópera... (sí, se hizo, para el aniversario de los 20 años de Culture Club).

¿Y cómo cierras esto? ¿Cómo pones el punto final cuando hay tanto que decir, tanto que sentir y tanto que transmitir? El ending de Victims no podía ser menos que su notable interludio, así que bastará con decir que no te decepcionará... a mí me encanta imaginar las expresiones del compositor de una obra musical según lo que me transmite cada una de sus partes, y hacia el final de esta maravillosa pero triste composición siento como si pudiera ver a nuestro querido Boy George contemplando en su ventana una lluviosa noche, sintiéndose solo y lejos de quien lo ha puesto en ese dulce infierno, sabiendo que hay cosas que cambian para siempre, sabiendo que hay sentimientos que una vez que se tocan, jamás vuelven a ser los mismos, sabiendo quiénes son las víctimas que todos conocemos tan bien. Hacia el final no estoy convencido de si durante 5 minutos me he dejado llevar por una hermosa composición new wave de uno de los discos más notables de los 80, o si he presenciado un auténtico drama pasional salido de la literatura más trágica de William Shakespeare, en el cual Julieta puede ver a Romeo alejarse lo suficiente como para no amarla, pero no lo suficiente como para poder sacarlo de su corazón, mientras ella muere poco a poco cada día.

O tal vez sólo estoy siendo susceptible.


 Sea cual sea el caso, es tanto el respeto que tengo por esta canción que más allá de las observaciones que me surgen -como lo complejo que es captar musicalmente la emoción de quien la escucha luego de su poderoso y emocional interludio-, creo que es una composición tan llena de sentimiento, tan simbólica, tan honesta y tan notable que más que desmenuzarla musicalmente, bien merece la pena tomarla como un todo imposible de descomponer, y será labor de cada uno escucharla refugiado en el rincón más oscuro de ese pequeño mundo interior que nos protege de todo lo demás, y si más allá de los detalles técnicos logramos sentir cómo en 5 minutos Victims nos llega a la médula, el resto es sólo teoría.


Al menos a mí me llegó a la médula.

 Pero bueno... ¿qué se esconde detrás de una historia tan conmovedora? nada menos que una súplica de Boy George hacia Jon Moss, pidiéndole que corresponda a sus sentimientos, pues según rumores de aquella época, para Moss la relación que sostenía en ese entonces con George no era más que una pequeña diversión de las diversidades, cuando en verdad su compañero sentimental estaba perdidamente enamorado de él, sintiéndose constantemente desplazado y negado públicamente. De hecho durante una parte de la relación ellos estuvieron juntos en secreto, mientras Moss sostenía en público algunos affairs esporádicos con mujeres (sí, a ese nivel de compromiso). Boy George tal como un niño ruega que sus sentimientos no sean lastimados por quien precisamente tiene más poder para hacerlo... y que de hecho lo hizo. 

Nuevamente, todo lo que se diga sobre la letra de esta hermosa pieza musical debe quedar a juicio de cada uno, o mejor dicho, debe "llegarle" a cada uno, en cuyo único caso habrá cumplido su objetivo.




Las víctimas que conocemos tan bien 
Brillan en tus ojos 
Cuando besan y dicen* 
Extraños lugares que nunca hemos visto 
Pero tu estás siempre allí 
Como un fantasma en mi sueño 
Y sigo diciéndote 
Por favor, no hagas las cosas que haces 
Cuando haces esas cosas 
Tiras de mis cuerdas de marioneta 
Tengo el más extraño vacío por ti 

Amamos y nunca decimos 
Qué sitúan nuestros corazones en el pozo de los deseos
El amor nos lleva hacia la corriente 
Y es sumergirse o nadar 
Como siempre ha sido 
Y sigo amándote 
Es lo único que puedo hacer
Cuando los ángeles cantan 
Suceden cosas grandiosas
¿Puedo dártelas todas a ti? 


Tira de las cuerdas de la emoción 
Toma un paseo hacia un placer desconocido 
Siéntete como un niño en una noche oscura 
Deseando que hubiese alguna clase de paraíso
Podría abrigarme en tu sonrisa 
Ofrece tu mano por un momento
A las víctimas que nosotros conocemos tan bien
Tan bien...



Las víctimas que conocemos tan bien 
Brillan en tus ojos 
Cuando besan y dicen* 
Extraños lugares que nunca hemos visto 
Pero tu estás siempre allí 
Como un fantasma en mi sueño 
Y sigo diciéndote 
Por favor, no hagas las cosas que haces 
Cuando haces esas cosas 
Tiras de mis cuerdas de marioneta
Tengo el más extraño vacío por ti 


Muestra a mi corazón algo de devoción 
Aparta a aquellos que murmuran "nunca"
Me siento como un niño en una noche oscura 
Deseando que pudiésemos pasarla juntos
Podría abrigarme en tu sonrisa 
Ofrece tu mano por un momento 
A las víctimas que nosotros conocemos tan bien
Tan bien...


*"Kiss and tell": dícese de involucrarse sentimental y/o sexualmente con alguien, para luego 'gritarlo a los cuatro vientos'.



¿Algo que decir al respecto?
Guárdalo en ese pequeño refugio dentro de ti.





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Out of Time - Deteniendo el tiempo.

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20:12

 Han pasado tantos días desde la última vez que gasté teclas aquí que sinceramente ya ni sé cómo empezar, o qué quiero decir... han pasado tantos días y tantas cosas.


 Los seres humanos tenemos la asombrosa virtud de adaptarnos a todos los medios que nos rodean, y la evolución ha dejado esto en evidencia; el problema surge cuando nos ponemos a pensar en el medio que nos rodea actualmente, y con el cual nos estamos mezclando. ¿Estaremos volviéndonos seres autómatas, tal como las máquinas que nos rodean en todas nuestras actividades? Al menos a mí me resulta deprimente verlo así, pero no por ello es menos cierto.
 Personalmente me ha tocado vivir esa oscura parte de la humanidad en carne propia, pretendiendo ignorarlo o haciendo de cuenta de que es lo correcto, o que al final del camino me convertiría en un hombre mas fuerte y más grande, hasta que toqué fondo y me vine abajo.

¿Qué hacer cuando la música se vuelve sólo "ruido de fondo"?

 Cuando llegas al punto de no disfrutar las cosas que antes te llenaban, o no logras percibir la belleza y la alegría en lo que te rodea, te has vuelto un autómata; técnicamente lo único que te diferencia de un computador es tu capacidad de sentir, y que en vez de conectarte a la corriente, te alimentas por la boca. Tal vez lo que hace que todo esto se vea tan tétrico al leerlo es que al final de cuentas es precisamente así en la vida real, pero sucede de una manera tan sutil, y es tan socialmente aceptado que verse enfrentado a los hechos de golpe nunca se siente bien, pero ¿algún día podrá dejar de ser así?

Sí.
Aunque lamentablemente, se aprende "a la mala".

 
 En esos momentos en los cuales la vida parece decepcionante o incluso angustiante, uno suele refugiarse en los recuerdos de épocas más felices, y por lo general te transportas a la infancia, edad llena de alegrías y libre de cualquier responsabilidad, donde la mayor preocupación que puedes tener es no haber visto los monitos, o haberte ensuciado la ropa que tu mamá te dijo que cuidaras. Lo interesante es que mi gran afición por la música nace precisamente ahí, en la infancia, donde conocí muchas canciones y a muchas bandas que hoy en día forman parte de mis "imprescindibles"; entre ellas está Blur


Blur


 Blur es una de esas típicas bandas noventeras de las cuales uno ha escuchado al menos una vez su arsenal de "grandes éxitos", entre los cuales podemos mencionar canciones como "Charmless Man" o "Country House", la animosa "Girls & Boys" y "Song 2", canción que casi nadie conoce por su nombre, sino como "woo hoo".

¿Qué tienen en común todas las antes mencionadas? Todas ellas fueron compuestas y publicadas en los noventa, pero la carrera de la banda de Londres liderada por Damon Albarn (quien además pone la voz en la banda "Gorillaz", caracterizado como 2-D) no se detiene con la llegada del nuevo milenio; el último disco publicado hasta ahora y último antes de su separación (en 2008 volvieron a reunirse) es el experimental "Think Tank" del año 2003, del cual se recoge la apacible y melancólica "Out of Time".






¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en el pasto sólo a ver el tiempo correr? ¿Hace cuánto te tomaste una taza de té que no se enfriara antes de terminar? Esas eran preguntas que me hice muchas veces entre hojas de apuntes y lecturas obligatorias, a altísimas horas de la madrugada, casi desesperanzado, creyendo que mi vida era un constante transitar de un agobio a otro donde sólo habría felicidad en ese lejano período llamado "vacaciones de verano". Sé que este año ha sido difícil; he perdido mucho, la carga ha aumentado, he visto a muchas personas partir, me he sentido solo y otras veces, en medio de muchas personas, ajeno... ¿estaré en una mala racha?

  Y toqué fondo...

 Cuando sentía que la angustia tapaba mi boca con una mano, y con la otra intentaba ahorcarme, me vi obligado a detenerme y pedir ayuda, cosa que pospuse durante mucho tiempo... tal vez por miedo, tal vez por no mostrarme débil... o quizás por huir de la sensación de fracaso. Como sea, fue mi mejor decisión.

 Posiblemente sólo si se ha experimentado una profunda sensación de angustia imposibilitante se puede comprender el enorme alivio que conlleva deshacerse de esa carga que pesa sobre ti día a día, a cada minuto, sea cual sea ella; es como si de pronto abrieras la ventana y un soplo de aire fresco te invadiera, seguido de un gran halo de luz de sol. Recuerdo que aquel catártico día caminé hacia la universidad; era temprano y apenas me separaba una estación de Metro de mi destino. Me tomé mi tiempo, caminé lento y por un segundo noté que una sonrisa invadía mi rostro sin que me haya dado cuenta; técnicamente nada había cambiado, pero al menos ya me sentía liberado, y de una manera increíble.

 Out of Time es una joya musical; no los agobiaré con detalles técnicos que manchen su belleza, pues basta con decir que es una canción un tanto atípica dentro del catálogo de Blur, con un sonido artesanal, otoñal, plácido... desde que la conocí, cada vez que la escucho mi mente viaja a un cuarto oscuro, donde se cuela discretamente un pequeño haz de luz desde el techo, casi como si quisiera avisarnos que hay algo afuera. Personalmente nunca he escuchado una canción que se le parezca en lo musical: es nostálgica, pero dulce, calmada, llena de un sentimiento muy parecido al amor. El bajo ejecutado por Alex James (genio y figura) es el hilo conductor de esta reposada balada, siempre obedeciendo a ese patrón calmo y nocturno de esta obra de arte, adornada con una batería muy muy simple a cargo de Dave Rowntree. Damon Albarn nos regala casi cuatro minutos de esa voz tan característica, cálida, inconfundible e inalterable a pesar del paso del tiempo... un viaje a mi más tierna infancia en sólo un par de versos. 
Esta vez Graham Coxon no colabora con la guitarra, pero de fondo podemos disfrutar de un arreglo orquestal (cortesía de la orquesta "Groupe Regional du Marrakech, de Marruecos) muy curioso, a mi juicio bastante "hindú", nutrido de laúd, pandero, rebab, quanun, theremin y derbake, todos instrumentos muy extraños para nuestra visión occidental de la música, pero que conjugados en sintonía con el espíritu de "Out of Time" suenan maravillosos, todo esto entremezclado con un extraño ruido ambiente de voces y movimiento que poco a poco va llenando esa oscura habitación que hasta ahora parecía habitada sólo por un tímido haz de luz solar.



Think Tank, séptimo álbum de Blur, del año 2003


 Al llegar me di el lujo de sentarme y beber un jugo, tomándome también todo el tiempo posible... el día estaba nublado, pero no hacía frío; había pocas personas en ese gris y árido patio, y aún así para mí todo respiraba paz y tranquilidad, en vez de esa ya tan típica atmósfera de resignación y amargura. ¿Cuándo había sido la última vez que había hecho algo sin pensar en el tiempo que tardaría en ello? no podía recordarlo, aunque lo intentara.

 Damon Albarn tiene una de esas voces que te suenan familiares, como si donde quiera que estés, y en el momento que sea te llevaran de vuelta a un lugar que conoces a la perfección, una voz paternal, cálida, una voz capaz de hacerte sentir que el tiempo no ha pasado desde la primera vez que lo escuchaste cantar, pero ¿qué historia nos cuenta en esta pasada?

"Out of Time" como dije en un principio es una canción nostálgica, y hoy hablo de ella porque trata acerca de cómo la rutina y sus ahogos nos lleva a restarle valor e importancia a las cosas bellas del día a día, al punto de incluso hacerlas desaparecer. Albarn hace en dos versos lo que cuarenta y cinco minutos de psicoterapia apenas intentan comenzar a descubrir: "has estado tan ocupado últimamente, que no has encontrado tiempo para abrir tu mente y ver girar al mundo, sutilmente fuera de tiempo". ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en el pasto sólo a ver el tiempo correr? ¿Hace cuánto te tomaste una taza de té que no se enfriara antes de terminar?

 Ese día tenía prueba y no había estudiado nada, sin embargo por alguna razón nada me sacó de mi profunda sensación de paz, por mucho que se complicaran las cosas... de alguna manera, había logrado quitarle el piso a una especie de "bestia negra" que venía asediándome hace mucho, y eso hizo que mi día fuera tranquilo, sin sobresaltos y lleno de un gusto a aire fresco que de tan olvidado me parecía novedoso... ahora la música no era ruido de fondo, sino una atmósfera personal separada de todo el bullicio de la ciudad, dispuesta a protegerme de todo aquello que tanto mal me había hecho durante este tiempo: Damon Albarn había venido a mi rescate.

Damon Albarn, un ídolo.


 Out of Time siempre ha sido una de mis canciones favoritas, y a mi juicio la mejor y más hermosa canción de Blur; escucharla me hace sentir que estoy muy lejos, como si alguna de mis vidas pasadas hubiese vivido en tierras muy distantes de acá, y durante cuatro minutos se reencontrara con esos horizontes no descubiertos por mi yo actual. Sentirla fluir por mis oídos es casi una terapia, casi como detener el tiempo dentro de mí mientras el resto del mundo sigue su presurosa marcha, tal como si fueran máquinas, consumiéndose un poco más cada día. ¿Cómo pude llegar a ser insensible a la música? no lo sé, pero ahora estaba girando fuera de tiempo respecto del mundo nuevamente.

Al fin el tímido haz de luz de esa oscura habitación se había posado sobre mí.








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Siempre hacia adelante...

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3:48

 De tanto en tanto suelo encontrarme con canciones que se me pegan por días o incluso semanas... en realidad no soy muy amigo de que eso me suceda, porque cuando uno escucha de forma repetitiva una misma canción corre el riesgo de que termine cansándote, pudiendo hasta dejar de gustarte (y por eso mis canciones favoritas las suelo escuchar muy poco y en ciertas ocasiones). Sin embargo, no muy a menudo se da la excepción a esa regla y aparece alguna que otra pieza musical que puedo escuchar muchas veces en un mismo día sin que pierda su sabor, y eso fue lo que me pasó hace unos días.

 Creo que uno de los fenómenos más frustrantes para todo "melómano consagrado/en progreso/aspirante a" era cuando te encontrabas con una canción que no conocías y te quedaba gustando mucho, pero no tenías ni idea de quién era el intérprete ni nada, lamentable hecho que se veía muy agravado si no sabías más inglés que Alexis Sánchez, producto de lo cual tenías que quedarte con el ritmo dando vueltas en la cabeza, pensando cómo diablos podrías llegar a saber qué canción es, muchas veces quedándote con las ganas de saber, o viéndote tarareando como idiota e inventando palabras en inglés frente a tu amigo o conocido que sabía más de música a ver si él sabía cuál era la canción que te quitaba el sueño -todo esto antes de la era "Shazam", claramente-. Peeeeeeero como hoy en día tenemos un abanico
 infinito de posibilidades, en un pis-pás puedes salvar ese escollo con musical elegancia.

Y eso fue lo que me pasó a mí hace más o menos una semana...

 Se encontraba vuestro nunca bien ponderado amigo redactor viendo uno de los tantos videos curiosos que en la red suele encontrar para hacer frente a los momentos de ocio, cuando de pronto ante sus gastados oídos se presentó como una flor abierta en plena primavera, un riff instrumental tan animado como pocos había escuchado en estos tiempos presentes; el único problema era que el video data de 1985, y es una grabación de un programa de videos musicales sueco... palidecí ante lo que parecía la imposibilidad de saber el nombre de tan bella y magnánima melodía.

 Luego usé Shazam y la descubrí...

 La historia de la industria de la música tiene una cualidad bastante rica a mi gusto, que es su capacidad de poder dividirse en capítulos claramente diferenciados el uno del otro, cada cual lleno de su impronta propia, la cual influye en todo lo que ella engloba, desde la misma música producida dentro una determinada era hasta la moda en el vestuario o en los modismos propios de lo que hoy llamamos "tribus urbanas" surgidas dentro de dicho
 periodo, todo lo cual configura algo que bien podríamos llamar el "espíritu de una época", pues creo que no hay una palabra que demuestre mejor ese sentimiento: el espíritu, ese "algo" que se puede percibir en la piel, oler en el ambiente, esas vibraciones que inundan el entorno y acaparan a quienes le son contemporáneos. Lamentablemente siento que esa capacidad diferenciadora de épocas de la música se perdió con la progresiva desaparición del poder hegemónico de las compañías discográficas como agente "marcador de tendencias" dentro del espectro musical, a causa del surgimiento de sellos discográficos independientes, o con el nacimiento de redes sociales dedicadas a la música que permiten a los nuevos artistas hacerse conocidos sin la necesidad de ser respaldados por un sello, lo cual si bien ha logrado la siempre positiva capacidad actual de crear más música y compartirla de manera menos limitada (no solo con quienes pueden comprar un disco), también ha generado dos fenómenos que son curiosamente contradictorios: por un lado, la dispersión de géneros musicales presentes en una misma época (entiéndase "todos los géneros musicales que son tendencia en el aquí y ahora"), y a la vez la paradójica homogeneidad en el interés creador de los artistas: tú prendes la radio hoy y en una radio escuchas el progressive house de Avicii; cambias la radio y un poco más allá tienes el electro house de David Guetta, compartiendo dial con el pseudo pop de Lorde, el electropop de Calvin Harris, y entre ellos abriéndose espacio a codazos, el "big room" de Martin Garrix, mientras tras bambalinas aguarda para salir a escena el próximo DJ sensación del verano que está por venir... distintas etiquetas para algo que suena igual, pero que no te permite calificarlo a todo dentro de una misma categoría, porque si bien son idénticos en su forma originaria, no logras (o para ser estrictos, "no logro") encontrar un denominador común entre ellos, no hay por dónde tomarlos. Lo mismo sucede con la música local; existe una tendencia clara a hacer música con sonidos simples y casi "retro-hipsters", llena de baterías con compases parejos y pocos componentes (tres toms, un bombo, un hi-hat, un crash y un ride), guitarras limpias, bajos bailarines y un/una cantante vestido con la última moda de Orange Blue; unos hacen pop, otros indie pop, otros folk pop, otros garage rockpero TODOS suenan a lo mismo.
 
 Personalmente -y quiero insistir en esto- me encanta que exista la posibilidad cada vez mayor de crear música, desde la facilidad actual para adquirir instrumentos de buena calidad, hasta la existencia de plataformas de internet que te permitan compartir tu música sin necesidad de un gran presupuesto sobre el cual pararte, pero no comparto ni compartiré esa cuasi obligación que algunos fans de ciertas bandas locales te imponen, del tipo "¿cómo no te gustan los bunkers? ¿acaso no erís chileno, hueón?" o "Gepe es la mano, no sabís ná de música", ni tampoco -yéndonos al plano internacional- esa tendencia a adherirte a algo por el solo hecho de que "es la música oficial de lo que está de moda".

 Luego de haber hecho este paréntesis demasiado extenso para ser considerando como tal -pero no por ello menos necesario para lo que viene-, puedo continuar con mi historia: luego de unos 5 segundos, en la pantalla de aquel mágico aparatito llamado "smartphone", dos palabras se convirtieron en la gloria máxima... esas bellas melodías llenas de un groove exquisito y alegre tenían nombre, y ese era 
"Straight Ahead" de los afamadísimos muchachos de Kool & the Gang.






 Hace un tiempo atrás dije que a veces las canciones suelen durar lo justo para poder disfrutarlas como es debido, pero claramente este no es el caso: cada vez que la escucho debo repetir una o incluso dos veces para saciar mi necesidad de su adictivo groove, lo cual me hace uno más de los infectados por una fiebre muy contagiosa mas no mortal: la "fiebre disco". 

 Estamos ante una composición que germina de 
nueve mentes maestras claramente nacidas para crear, para inspirar, para motivar con su música, y no es menor el hecho de que Kool & the Gang sea una banda de raza negra, pues eso aporta un condimento extra a sus composiciones... hay un algo que las raíces afro aportan a la música y la hace distinta, un algo casi misterioso. Straight Ahead en sí misma es una canción más de la banda de Jersey, y no lo digo de forma peyorativa, sino haciendo patente que más que una canción es casi un estilo de vida: fiesta es el concepto, la palabra clave; cada vez que la escucho logro saborear una porción de la época disco-funk, y con ello puedo percibir no solo notas musicales, sino todo un concepto compuesto por un ambiente de felicidad pomposa: escuchar disco es sumergirse en la noche caminando al ritmo de la música, vestido de estrambóticos atuendos de color dorado, camisas abiertas y peinados voluminosos... en ese sentido no dista mucho de lo que vivimos actualmente, donde la música (tal como se señala en el extenso paréntesis previo) determina aspectos sociales mucho más allá del simple hecho de ser música, pero a pesar de esto, la época que vio nacer a Straight Ahead posee un sentimiento muy característico, precisamente ligado a celebrar. No es desconocido que los años 70 y 80 no fueron fáciles; Vietnam era parte del pasado, pero la sombra de la Guerra Fría aún se posaba sobre el globo, más aún sobre USA; los hombres de raza negra eran admirados a la vez que discriminados y segregados, la cocaína se convertía en la base de la pirámide alimentaria de gran parte de la gente de los 50 estados y más allá, y un virus hasta entonces tan desconocido como mortal comenzaba a teñir de penumbras a la humanidad: el VIH. Ante todo lo anterior, ¿qué podemos hacer? ¿nos encerramos en nuestra habitación sin salir hasta que el mundo cambie, o se extinga definitivamente? Algunas almas en cuyo ADN está impresa la desgracia y el dolor a la vez que la alegría incondicional tendrían una respuesta completamente diferente. Tanto Kool & the Gang como muchas otras bandas y artistas de raza negra contemporáneas a ellos (Earth, Wind & FireBoney M., Lipps Inc.Donna SummerGloria Gaynor y el gran Michael Joseph Jackson) inundarían el país y por contagio al mundo entero de un espíritu de alegría nocturna, de espectacularidad y glamour, de fiesta y de esperanza con laca en el pelo, patillas largas y gruesas, lentes oscuros y zapatos de plataforma que haría a todos desprenderse momentáneamente de ese ambiente poco esperanzador cada vez más creciente dentro de la época del hombre moderno; las canciones hablaban de celebrar por los buenos tiempos, de bailar toda la noche, de sentirse vivo aunque el mundo se cayera a pedazos... se pasó del amor libre al ritual de ver a la chica que te gustaba al otro lado del club, y jugártela para llevarla a la pista y demostrarle tu amor agitándote con tus mejores pasos cual pavo real bajo la bola de espejos... una época dorada y -a pesar de todo- feliz. Esto es lo que posiblemente hace tan distintos a nuestros tiempos de sus épocas antecesoras... ¿Cuál es el sentimiento que caracteriza al siglo 21? o lo que es más difícil de responder: ¿Prevalecen socialmente los sentimientos hoy en día?



"In the Heart"; disco de 1983 de Kool & the Gang al cual pertenece "Straight Ahead". Este álbum logró ser dos veces "número 1" del ránking Billboard y una vez "número 1" en Reino Unido. Fue producido por Jim Bonnefond, Ronald Bell y Kool & the Gang. 


 Musicalmente hablando estamos ante una composición 
post-disco; cuenta con los elementos básicos del disco, como son percusiones, un bajo sincopado (marcado en los silencios) muy protagónico, sintetizador, una guitarra prácticamente de acompañamiento y los clásicos vientos (trompeta, saxo y trombón), pero los elementos electrónicos son más evidentes a lo largo de sus 03:31 de duración, obra de las teclas del sintetizador Oberheim OB-X de Curtis "Fitz" Williams. El corazón de Straight Ahead late en los ya característicos y mayoritarios compases de 4/4, a una velocidad de 118 golpes por minuto... en suma, una canción para pararse y bailar. Corona toda esta verdadera orquesta la voz de James Warren "J.T." Taylor, quien se integraría a Kool & the Gang como vocalista en 1978, convirtiéndose en voz principal un año después; es una voz negra, lo cual implica que es profunda, pastosa, cálida, con presencia pero en su caso siempre limitada a tonos medios y bajos (con uno que otro alto esporádico), respaldada con las voces de acompañamiento de Clifford Adams y Ronald Bell, ambos a cargo del trombón y saxofón tenor respectivamente.

 
Hacia los dos minutos y diez segundos nos encontramos con la joya musical de la misma, que coincidentemente son los 32 segundos que me hicieron conocer esta maravillosa pieza musical, y que bastaron para convencerme de que todo lo que restaba por escuchar no me decepcionaría en lo absoluto: un instrumental donde el ya lamentablemente fallecido Claydes Charles Smith hace relucir su guitarra con ese exquisito tono funk que resulta sencillo pero a la vez logra capturar la esencia de la línea vocal de Taylor, y de la línea musical de la canción misma, acompañada de fondo por sintetizadores, batería, bajo y una back guitar a ritmo constante, con esporádicos destellos de esos hermosos y pomposos vientos tan maravillosamente ejecutados, que incluso logras saborear el bronce que los compone.


Aromatizador de Kool & the Gang en el jeep del Dr. Hibbert
(Capítulo 9, temporada 15 Los Simpson - 2004)

 
La canción en sí misma para mí, aun siendo un himno hacia el optimismo y una oda a "seguir adelante, con un solo objetivo, hacia la luz con el amor como brújula", tiene un tinte oculto un tanto nostálgico... no me resulta ser un canto a la alegría perpetua o a la fiesta sin fin como podría ser Celebration de los mismos Kool & the Gang, y tal vez es precisamente esa hermosa guitarra la que me transmite esa sensación de melancolía escondida: para mí Straight Ahead es la canción creada para levantar los ánimos en las postrimerías de la tristeza, algo así como si bailásemos toda la noche bajo la bola de espejos mientras nos abrazamos y nos secamos las lágrimas, esperando que esta vez la amargura haya quedado atrás para siempre, convenciéndonos de que la única esperanza a la que podamos aferrarnos es repetirnos a nosotros mismos de manera incansable que la salida es hacia arriba, hacia la luz, en una sola dirección ascendente y sin pensar en nada más que seguir adelante sin detenernos ni sucumbir por un solo segundo... tal vez ahí para mí cobró sentido todo lo ya dicho respecto de una época contradictoria, llena de una alegría nocturna amparada en una oscuridad que lograba esconder una realidad que no se mostraba completa, pero no por eso era menos deprimente.

 Sin embargo, no por mi intrincada y visceral interpretación esta vibrante composición pierde su espíritu alegre, festivo y esperanzador; desde el momento en que la escuchas y sientes que tu ochentero interno desea pararse en medio de esa pista hecha de cuadros luminosos de colores que se encienden al ritmo de la música, 
los muchachos de Kool & the Gang han logrado su cometido: llevar la alegría de la noche a tu vida, y con ello hacerte parte de una época dueña de un espíritu que por más que pasen los años no se borrará jamás, por más géneros musicales que nazcan y más discos compactos dejen de venderse: la era de la música disco.

 Tal vez algún día la música vuelva a ser un elemento creador de la identidad de una época, transmisora de sentimientos inspiradores y unificadores... tal vez algún día resurgirá el espíritu de la noche y la fiesta entendidos como algo mágico, casi como un ritual, y no una instancia para emborracharse y frotarse compulsivamente unos contra otros; mientras eso no suceda, la bola de espejos seguirá girando, y siempre tendremos a los grandes exponentes de la música de los setentas y ochentas dispuestos a alegrar nuestros días, enormes y sempiternos genios musicales a los cuales he aprendido a admirar por una invaluable herencia musical materna que me acompañará -a Dios gracias- toda mi vida.

Keep the spirit high, and your heart in love... keep on movin'...  ;)
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